por Alejandra Ferrero
Agradezco la invitación a un Congreso que nos permite volver a poner en agenda el rol de la Abogacía, una profesión que ha mutado muchísimo en el último tiempo, que con la Pandemia vivió un cambio de paradigma con la despapelización, el arribo del expediente electrónico y la digitalización de los procesos. En un mundo que tiene un crecimiento vertiginoso la tecnología, dónde ya se utilizan herramientas como big data, blockchaing, inteligencia artificial y otros algoritmos que parecen venir a reemplazarnos o a complementarnos, en un mundo dónde cambiaron nuestos vínculos, nuestras maneras de relacionarnos, y dónde estamos interpelados a volver a encontrar nuestros lugar y hacernos protagonistas, los abogados y la Abogacía Organizada asume este nuevo desafío y se anima a debatir y poner en agenda el rol de los Consejos de la Magistratura, y esta decisión es un valor , una virtud que aprecio y aplaudo, por eso mis Felicitaciones a los organizadores.
Entrando al tema que nos convoca, el Consejo de la Magistratura en nuestra provincia, es un Instituto extra constitucional, que en Córdoba está regulado por ley 8802, que vino a terminar con la discrecionalidad existente y a incorporar la capacidad y la idoneidad como parámetros obligados para el acceso a la justicia.