Uno de los objetivos que nos propusimos desde nuestra constitución fue la construcción de ciudadanía, entendiéndose como la concientización de derechos para su ejercicio responsable y cabal. Para ello entendemos necesario que este espacio se transforme en un lugar de pensamiento y reflexión, de difusión de información y de ideas.
En esa inteligencia analizamos, que una de las deudas pendientes de la democracia en construcción y afianzamiento permanente es una profunda reforma judicial cuyo inicio es el Gobierno Judicial y su norte el pleno acceso a la justicia de todos los habitantes de la Nación.
El poder judicial es percibido por la opinión pública como una estructura alejada de sus intereses, que no se visualiza como una herramienta eficaz para brindar soluciones a sus conflictos o resguardar sus derechos.
Sin embargo, existen muchas iniciativas que se encuentran en marcha para acercar la función judicial a la sociedad. No obstante en estos treinta años de democracia resta trabajo por hacer para profundizar la relación entre sociedad y justicia, en particular con aquellos funcionarios encargados de administrar la jurisdicción, contando con el soporte de cada uno de los actores involucrados.
En los últimos años hemos vivido pocos momentos en los cuales el Poder Judicial ha estado en el foco de los reclamos, y esas oportunidades las hemos dejado pasar enfocándonos en la coyuntura en lugar de emprender un serio debate para plantear cuales son las verdaderas fortalezas y debilidades del sistema .
Un poder judicial integrado con la sociedad que no pierda su independencia pero cuya misión sea el resguardo de los derechos vulnerados y el restablecimiento de la justicia debe ser un Poder Judicial accesible tanto en lenguaje como en infraestructura, con acceso a la información y atención descentralizada, asesoramiento, incorporación de nuevas tecnologías y articulación de recursos físicos y humanos.
Para ello se requiere un claro Gobierno Judicial, encargado de la planificación de políticas públicas que articule e incorpore todas estas iniciativas aisladas en una agenda de trabajo con planificación que reconstruya la confianza en el sistema judicial y pueda dotar de las herramientas necesarias para llevar adelante la modernización integral del Poder Judicial.
Como principal desafío para el restablecimiento de esta relación, es necesario que se incorpore a la agenda de los órganos que lo llevan adelante dos temáticas que entendemos son prioritarias: la ampliación del acceso a la justicia y mejoras en el funcionamiento del sistema judicial.
Debemos entender que el debate sobre las reformas judiciales no incumben solo a los jueces y a los abogados, sino que como sociedad debemos involucrarnos en esta discusión, cada uno desde su lugar, fortaleciendo la participación y enriqueciendo las posturas con diferentes puntos de vista y la apertura necesaria para crecer en el diálogo.
En esta especial entrega, en la que alcanzamos los 50 newsletters con aportes para el pensamiento, la discusión y el debate, reanudamos nuestro compromiso de seguir participando con cada una de las iniciativas que llevamos adelante en la construcción de una justicia mejor comprometida con los valores democráticos como aporte para la construcción de más y mejor ciudadanía.