Por Sara Lidia Feldstein de Cárdenas
Parece evidente que dadas las características de las relaciones jurídicas privadas internacionales el fenómeno de la integración resulta de especial trascendencia, relevancia, delicadeza. En efecto, en un mundo en el que el libre comercio se ha erigido en una regla de oro, casi en un dogma sacrosanto, los Estados han creído encontrar en la conformación de espacios integrados una suerte de pasaporte postmoderno hacia la globalización, hacia la mundialización. Al descorrerse el velo de la guerra fría, la historia como era de suponer no se terminó, lo que sí pasó es que la historia tomó otro camino, otro rumbo, sin precisar el destino, pero cargado de nuevos desafíos y problemas, tanto o más importantes o complejos que los de la épocas anteriores, porque en realidad, en muchos de esos casos, se pone a prueba, cotidianamente el futuro de la humanidad toda.